Instrucción

Paso 1: Selecciona un lugar adecuado - Elige un área bien ventilada y con suficiente espacio para colocar el concentrador de oxígeno. Debe estar cerca de una toma de corriente eléctrica y alejado de fuentes de calor, humedad excesiva o lugares donde pueda obstruirse el flujo de aire.

Paso 2: Prepara el concentrador - Antes de conectarlo, asegúrate de que esté apagado y de que todos los accesorios estén en su lugar. Limpia el filtro de aire si es necesario y verifica que no haya obstrucciones en las entradas de aire.

Paso 3: Conexión eléctrica - Enchufa el concentrador de oxígeno a una toma de corriente eléctrica que cumpla con las especificaciones indicadas por el fabricante. Asegúrate de utilizar un protector contra sobretensiones si es necesario.

Paso 4: Encendido y ajustes iniciales - Enciende el concentrador de oxígeno y sigue las instrucciones del fabricante para configurar los ajustes iniciales, como la concentración de oxígeno deseada y el flujo de aire.

Paso 5: Conexión de los cánulas nasales - Conecta las cánulas nasales al puerto de salida de oxígeno del concentrador. Asegúrate de que estén limpias y en buenas condiciones para garantizar un suministro de oxígeno seguro y efectivo.

Paso 6: Verificación del flujo de oxígeno - Verifica que el concentrador esté suministrando oxígeno correctamente a través de las cánulas nasales. Ajusta el flujo según las necesidades del paciente y según lo recomendado por un profesional de la salud.

Paso 7: Supervisión continua - Una vez instalado y en funcionamiento, supervisa regularmente el concentrador de oxígeno para asegurarte de que esté funcionando correctamente. Realiza mantenimiento periódico según las instrucciones del fabricante para garantizar un rendimiento óptimo y prolongar la vida útil del dispositivo.